5/20/2003

Más sobre el tema de las drogas en el salto cuantico humano... La discución se sigue en el foro de energy control


De: "hipolito"
Asunto: Psilocibes y sapiens sapiens

No resisto la tentación de entrar en tan interesante debate sobre los hongos mágicos como catalizadores del salto evolutivo que nos ha conducido a lo que somos.

Quizás por que haya leído las teorías sobre McKenna y Wasson al respecto del protagonismo de las hongos psilocibes en la génesis del homo sapiens, estaidea me han rondado recientemente, tras la lectura de En busca de los neandertales y Formas elementales de la vida religiosa. Para seguir el hilo argumental me voy a enrollar un poco. Parece ser que una de las grandes incógnitas en la historia de la evolución humana es ¿por qué dio un salto tremendo hace unos 40.000 años, cuando el hombre moderno adoptó la conducta que lo identifica como tal? Fue entonces cuando aparecen las primeras representaciones artísticas. Antes, todas las especies homínidas habían mostrado una creciente capacidad técnica, pero esta se reducía a fines puramente utilitarios, básicamente instrumentos de caza, de abrigo o para hacer fuego.

Los neurólogos y paleontólogos (¿paleoneurólogos?), toman los cráneos de nuestros ancestros, los rellenan de yeso y obtienen un molde aproximado de sus cerebros. A partir del conocimiento actual de las funciones de nuestro cerebro y del de otros primates, y comparándolo con los moldes obtenidos, se pueden inferir las capacidades de nuestros antepasados. Para no remontarnos demasiado lejos, cosa que se aparta del tema, nos quedamos en el paleolítico, esto es, hace unos 150.000 años. Es en esta época cuando aparece el homo sapiens sapiens con sus características anatómica actuales. Pero resulta que por aquel entonces, había de hecho dos especies de homo sapiens, la europea y la africana. Nosotros paradójicamente, todos los humanos que sobre el mundo están, pertenecemos a la especie homo sapiens africana. De hecho se la conoce como homo sapiens sapiens (en lo sucesivo sapiens). La otra especie de homo sapiens, la europea, es la que se conoce como homo sapiens neandertal (en lo sucesivo neandertal), pues se descubrieron los primeros restos en la localidad alemana de Neanderthal. Ambas especies evolucionaron a partir de un ancestro común, el homo erectus que también apareció en África y se extendió por toda la Tierra. El sapiens neandertal apareció en Europa y permaneció en el continente europeo sin aventurarse siquiera a colonizar Asia. Por el contrario el sapiens sapiens (nosotros) de aspecto más grácil, aparece en África y de allí migrará y colonizará todo el globo terráqueo, desplazando al sapiens neandertal que acabará desapareciendo hace unos 30.000 años.

El éxito de supervivencia del sapiens sapiens (SS) sobre el sapiens neandertal (SN) indicaría que el primero era superior, digamos más inteligente que el segundo. Sin embargo, por los vestigios disponibles, parece ser que el neandertal mostraba grandes habilidades manuales y para la caza en grupo. Es más, su cerebro era un 30 % más grande que el nuestro. El tamaño del cerebro es proporcional a la inteligencia, si bien es verdad que va en relación al cuerpo, y puesto que el SN era más corpulento que nosotros, su cerebro para una "misma inteligencia" debería ser mayor que el nuestro. Sin embargo, ajustando ese factor, sigue resultando un cerebro igual o mayor que el nuestro. ¿Quiere esto decir que sobrevivió el sapiens más tonto, es decir, nosotros? No exactamente. El SS tiene un cerebro más pequeño pero "mejor amueblado" que el SN. Resulta que los lóbulos frontales y prefrontales del SS son más voluminosos que los del SN. Digamos que los sapiens sapiens, a pesar de tener un cerebro más pequeño que los sapiens neandertal, disponemos de "más dedos de frente" que éstos últimos.
En los lóbulos prefrontales y frontales se encuentra lo que los neurólogosllaman el centro del pensamiento simbólico o abstracto. Además, han descubierto que ahí residen las capacidades de interacción social, lo que podríamos llamar el simulador social. La gente que tiene lesiones en esaparte del cerebro suele manifestar comportamientos sociales deficientes, es decir, han perdido la capacidad de interactuar de forma provechosa con los demás. No saben prever las reacciones de los otros. Los mismo que antes llevaban vida normales, después de sufrir lesiones en la parte frontal y/o prefrontal, y sin que aparentemente hayan sufrido merma intelectual alguna,desarrollan problemas para mantener relaciones provechosas. Toman decisiones equivocadas, invierten donde no deben, son estafados y pueden acabar incomprendidos y marginados.

Pues bien, los sapiens neandertal parece que no tenían demasiado desarrollada esta parte frontal del cerebro. Eso no les impidió desarrollar un lenguaje básico, una cultura de fabricación de útiles muy perfeccionada, y llevar una relativamente rica vida social formando grupos de entre 15 y 25 miembros. Estaban bien alimentados, pues más del 80 % de lo que ingerían era carne. Se les considera tan carnívoros como a los felinos, y de hecho sus afiladas lanzas y hachas hacían las veces de dientes. Sus técnicas de caza eran depuradas, y utilizaban el fuego. Pero por lo que se ve, su vida social aunque rica, era limitada. El homo sapiens sapiens, el africano, durante unos 100.000 años (desde hace 140.000 a 40.000 antes de nuestra era) tuvo un comportamiento muy parecido al del sapiens neandertal. De hecho, sus técnicas de fabricación de útiles eran similares a las del neandertal. Sin embargo su dieta era más diversa, y la carne representaba una fracción mucho menor. El sapiens salió de África hace unos 90.000 años y colonizó oriente próximo. Por aquel entonces, el mundo estaba en una permanente glaciación. El neandertal estaba adaptado a vivir en la fría Europa, aunque alcanzó a colonizar oriente medio. Cuando la era glaciar se recrudecía, los asentamientos de neandertal se retiraban a las zonas más cálidas, y el número de individuos caía en picado, hasta que volvía otra época de bonanza relativa, siempre dentro de la fría era glaciar. En el oriente próximo (actual Palestina, Jordania, Israel, Siria, Líbano, etc) convivieron durante 50.000 años ambas especies de sapiens.

Los asentamientos de los sapiens sapiens apenas se diferenciaban de los sapiens neandertal. Pero hace unos 40.000 años, aparecen los primeros indicios de conducta moderna. Los SS desarrollan las primeras representaciones artísticas en forma de figuritas de animales, y posteriormente la representación de "venus", estatuillas de mujeres de prominentes formas. Coincide en el tiempo con la explosión migratoria de los SS, desde oriente próximo, donde convivieron durante tanto tiempo con los SN, hacia
Europa y Asia. Tan veloz fue su expansión, que en pocos miles de años se plantan en la mismísima Australia. En Europa, y a pesar de la glaciación, para la que estaban anatómicamente peor adaptados que los neandertales, les superan y desplazan, también en apenas unos pocos miles de años. Los últimos neandertal se pasearon por Europa hace apenas 32000 años.

¿Qué pasó aquel 40.000 año a.c. en el Oriente Próximo? Es como si a los SS se les hubiera encendido una bombilla. De hecho hacía decenas de miles de años que, a diferencia de los SN, habían desarrollado prominentes lóbulos frontales. Pero aparentemente, hasta entonces, éstos sólo les sirvieron para llevar una vida bastante similar a la de los SN. Parece que formaban grupos algo más numerosos que los SN, y su nutrición omnívora exigía incorporar nuevas habilidades organizativas al grupo (a un lado las recolectoras, y al otro los cazadores). Una mayor interacción social favorecería mayor capacidad lingüística, de anticipación y planificación. Pero ¿por qué de repente se produce el gran salto evolutivo? La evolución cultural, no es que se acelerara, es que dio un brinco, apareciendo de la noche a la mañana la conducta moderna que se caracteriza por la creación artística, y la aparición de sociedades extensas, con grupos humanos de entre 150 y 500 miembros. Estilos artísticos que se "internacionalizan" extendiéndose a lo largo de miles de kilómetros, compartidos por decenas de miles de individuos.

Sostiene Emile Durkheim, después de investigar a las sociedades de SS más primitivas que existen, los indígenas australianos, que la religión es una manifestación de la presión del grupo. La religión, con sus idea trascendental, no sería más que una representación mental de la sociedad, la primera que se manifestó en las conciencias de los humanos. La religión era la primera manifestación ideológica. Y la ideología es el pegamento del grupo. El SS tuvo la capacidad de abstraer, de fundar ideologías en
forma de religión primitiva, probablemente totémica, como la de los nativos australianos. Y si Durkheim anda acertado, la religión es una representación mental de la sociedad, la fuerza del grupo interiorizada por cada individuo y a la vez compartida por todos, capaz de cohesionar a grupos cada vez
más numerosos. Y aquella religión primitiva nada tenía que ver con nuestras religiones reflejo de un poder centralizado, basadas en buena medida en aterrorizar a sus fieles. Por el contrario, eran religiones en cierto sentido democráticas, totémicas, más felices y festivas que las actuales, aunque también exigieran tormentos y sacrificios, como en los ritos de iniciación. La aparición del sentido religioso permitió la formación de extensas redes de solidaridad entre grupos que comparten una misma ideología
(un mismo tótem, para quien quiera profundizar, "Las formas elementales de la vida religiosa" de Emile Durkheim). Y estas redes solidarias dan una ventaja inmensa a los SS que colonizan Europa, sobre los SN autóctonos, que serán desplazados y desaparecerán.

Nadie estuvo allí para contarlo. No sabemos que pasó, cómo y por qué se produjo súbitamente el salto a la conducta humana avanzada. Pero desde luego, esa parte del cerebro, la corteza prefrontal y frontal, ideal para la vida comunitaria, en un momento dado empezó a funcionar de forma novedosa, creando ideas abstractas, y a simbolizándolas, esto es, exteriorizándolas, para compartirlas con los demás. Aparecen objetos prescindibles cuya única función era evocar una fuerza externa al individuo, sobrenatural, sagrada, que le trasciende y le sobrevive. Lo que Durkheim define como la representación del grupo en el tótem, o en un icono como pueda ser la diosa de la fertilidad, la estatuilla de "venus" que todos los grupos comparten y se intercambia. Se están diciendo los unos a los otros que son parte de
una misma unidad social y que se van a ayudar. Tienen una fe común, una religión, la primera ideología. Y así serán capaces de organizarse y sacrificarse por un bien común. A partir de ahí ya todo es posible. Emprenderán expediciones colonizadoras que en pocas generaciones les conducirán a los confines del mundo.

Pero nuevamente, ¿quién apretó el interruptor que disparó esa vida comunitaria?. Resulta que hace 40.000 años se recrudeció la era glaciar. La costa del Oriente Próximo tenía características que ahora sólo se encuentran en latitudes más al norte, con bosques frondosos y abundante caza. El sapiens sapiens a diferencia del sapiens neandertal que sólo comía carne, era omnívoro, y seguro que en la época de abundancia de setas consumió psilocibes. Si yo mismo y quienes me acompañaban en mis primeros viajes
con setas psilocibes tuvimos la sensación de que las plantas, desde luego los animales, e incluso los objetos más prosaicos, como una cortina o una mesa, tenían vida propia (conciencia) y se comunicaban de alguna manera conmigo, ¿no les pasaría lo mismo a nuestros antepasados? Y el haber compartido
aquella experiencia con otros, ¿no me hizo sentir más solidario con ellos? ¿Y no son estos atributos propios del sentimiento comunal que definimos como religioso? Y si como sostiene Durkheim, la religión es la manifestación de la sociedad (la presión del grupo) interiorizada en nuestras conciencias individuales, y a la vez compartida con los demás en forma de rituales religiosos, ¿no pudieron ser los hongos psiquedélicos los que activaron el interruptor?

Así lo que sostiene Wasson al respecto del origen de la religión en la experiencia psiquedélica no estaría en contradicción con la teoría evolucionista del ser humano, pues la aparición de la religión es fundamental para el surgimiento del sapiens de conducta moderna. La evolución biológica da origen a la evolución del grupo en forma de cultura básica utilitarista para la subsistencia, propia de los primeros
primates homínidos. Y de ésta, en cierto momento, cuando nuestro cerebro ya se había perfeccionado suficiente para esa vida grupal, y los lóbulos frontales y prefrontales ya hacía decenas de miles de años que habían alcanzado su masa crítica, de repente, gracias al encuentro fortuito con los hongos
mágicos, aparece la conducta moderna, caracterizada por una rica vida social. Surgen
las ideologías, verdadero pegamento social, en su forma más básica, la religión totémica. Y desde entonces, todo ha sido cuesta abajo.

Ahora se ha producido el mismo fenómeno. Hace apenas unos decenios apareció una pequeña y efímera sociedad, que fue reprimida por la gran sociedad establecida, que se sintió amenazada. Fue como una regresión al principio de los tiempos. Al origen de la conducta que caracteriza al homo sapiens sapiens moderno. A la génesis de la religión. Primero la LSD, después la MDMA y por fin el redescubrimiento de las setas mágicas, han vuelto a aglutinar una sociedad alternativa. De nuevo resuena el tam tam, en forma de ritmos repetitivos y envolventes que también inducen sentimientos de comunidad. Se ha repetido el fenómeno de hace 40.000 años. Y aunque ahora las circunstancias son otras, el renacimiento cultural y comunal que supuso la revolución psiquedélica, pretendidamente abortada, sigue evolucionando en la sombra. Como las pequeñas musarañas que perfeccionaron sus sentidos, pacientes y discretas entre el sotobosque. Escondidas, esperando el cambio que acabaría con la soberbia de los dinosaurios.

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